Combatir la enfermedad cardiovascular desde los 20 años: el ambicioso objetivo del proyecto internacional que lidera el CNIC
- Oswaldo Hurtado
- 12 ago 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 13 ago 2024

CNIC
Las enfermedades cardiovasculares son silenciosas. Pueden fraguarse durante décadas sin dar la cara, sin síntomas que hagan sospechar del problema.
Es lo que ocurre, por ejemplo, con la aterosclerosis, ese acúmulo de placas de colesterol y otras sustancias en el interior de las arterias que, con el tiempo, puede provocar su obstrucción y que se desencadenen trastornos graves, como el infarto. En muchos pacientes este trastorno se desarrolla progresivamente durante décadas sin dar síntomas hasta que el problema ya es serio.
Un equipo de investigadores españoles y daneses liderado desde el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) quiere cambiar esta realidad y transformar la prevención cardiovascular detectando la aterosclerosis de forma precoz.
El proyecto, denominado REACT, se desarrollará en el CNIC y en un hospital de Dinamarca, concretamente el Rigshospitalet de Copenhague.
"REACT pretende cambiar los protocolos de prevención cardiovascular mediante la detección de la aterosclerosis a través de un cribado mediante imagen desde edades muy precoces de la vida, desde los 20 años, y una intervención personalizada basada en la presencia o ausencia de la enfermedad silente", explica Borja Ibáñez, director científico del CNIC, cardiólogo en el hospital Fundación Jiménez Díaz de Madrid y líder del proyecto.
"Sabemos que la aterosclerosis puede progresar de forma silente durante más de tres décadas. Pero mediante pruebas de imagen se podría detectar de forma temprana, lo que permitiría realizar intervenciones para evitar su progresión y la aparición de enfermedad", señala Ibáñez.
Según explica, generalmente el acúmulo en las arterias comienza en localizaciones como piernas y cuello, en las femorales y carótidas, antes de desplegarse también en las coronarias, las arterias que riegan el corazón.
Por eso, el programa pretende realizar pruebas de imagen en estas zonas del cuerpo, además de contar con análisis de biomarcadores en sangre y genéticos, para realizar un cribado preciso de aterosclerosis que permita una detección precoz.
Está previsto que el proyecto REACT tenga una duración de ocho años divididos en dos fases con evaluación intermedia. En su primera fase, REACT incluirá a 16.000 personas, 8.000 de cada país, cuyas edades variarán entre los 20 y los 70 años. En el caso de España, una gran parte de las 8.000 personas incluidas en el estudio serán reclutadas gracias a la colaboración entre el CNIC y Banco Santander, que ya han llevado a cabo distintos proyectos de prevención cardiovascular.
Para la primera fase, que durará dos años y medio, la financiación concedida por la Fundación Novo Nordisk, sin ánimo de lucro, es de 23 millones de euros.
Según explica Ibáñez, la segunda fase del proyecto tendrá como objetivo desarrollar estrategias para evitar la progresión de la aterosclerosis en los casos en los que se detecte de forma temprana y reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
"Queremos cambiar las guías y los protocolos de prevención cardiovascular y poner en marcha intervenciones personalizadas y de precisión que se basen en el estado del individuo", señala el cardiólogo, quien subraya que con este abordaje preventivo se conseguiría reducir tanto la carga de la enfermedad cardiovascular como los años de tratamiento que hoy en día se emplean para mantenerla controlada.
Además, el proyecto también pretende desarrollar calculadoras de riesgo para evaluar, en la población general, las personas con más probabilidades de desarrollar aterosclerosis de forma precoz para someterles a un cribado de forma temprana y poder intervenir de forma ágil.
Este proyecto, señalan desde el CNIC, tiene sus raíces en el proyecto PESA-CNIC-Santander, dirigido por Valentín Fuster, director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), presidente de Mount Sinai Heart y Director Médico del Hospital Mount Sinai de Nueva York, que también está directamente implicado en REACT. "El proyecto PESA nos ha enseñado que la enfermedad aterosclerótica empieza en edades muy jóvenes y que si se realiza una intervención precoz sobre ésta es posible no sólo evitar que progrese, sino también la curación de la enfermedad", ha señalado Fuster en un comunicado.
Este proyecto se integra en el programa de "nuevos mecanismos de aterosclerosis", iniciado en CNIC en el marco del proyecto Severo Ochoa 2020.
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